¿Sabes de qué están compuestos tus cosméticos?

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En Europa, utilizamos al menos siete productos cosméticos diferentes al día de media. Estos productos van desde productos de higiene personal como jabón, champú, desodorante o pasta de dientes hasta productos de belleza como cremas, sérums, mascarillas, maquillaje y perfumes.

Cada vez aparecen más alergias y problemas de piel tras el uso de algunos  productos de belleza y dado que los cosméticos contienen muchos componentes, es fundamental conocerlos antes de utilizarlos y para ello saber vamos a daros algunos trucos para saber cómo leer las etiquetas.

LEER LAS ETIQUETAS!

Parece bastante sencillo a primera vista, verdad? Pero cuando consultamos la parte posterior de los productos, la cosa se complica! Y no solamente por el tamaño diminuto de la letra, sino por la mezcla de lenguaje químico en inglés y latín que no nos resuelve absolutamente nada.

Para empezar debemos saber que el modo en que una etiqueta de cosmética está escrita nos indica de la existencia de sustancias naturales o sintéticas, la proporción de los productos que pueden causar alergias, de los conservantes y de los colorantes o parabenos que han sido utilizados en su composición.

Os damos algunas indicaciones para leer las etiquetas de los cosméticos:

Detectar los ingredientes

En la etiqueta, los ingredientes aparecen en orden decreciente por su nivel de concentración. Es decir, los primeros que se citan son los que se encuentran en mayor proporción. Normalmente, el primero que se cita es Aqua, el agua que permite la hidratación de la piel. Algunos activos no necesariamente deben estar presentes en gran cantidad para ser efectivos. Sería el caso de los aceites esenciales.

La catalogación de los ingredientes de cosmética se recoge en el INCI – International Nomenclature of Cosmetic Ingredients-. Existen 22.500 ingredientes catalogados en esta lista que se utiliza en Estados Unidos (donde fue creada en los años setenta), además de en Europa, China, Japón y otros países. No obstante, alegando razones de confidencialidad, el fabricante puede solicitar la exclusión de uno o varios ingredientes de la lista. Aunque en todo caso, los componentes alérgenos –sustancias susceptibles de causar reacciones alérgicas– deben figurar de forma obligatoria si están en concentraciones superiores al 0,001%.

En las etiquetas de los productos cosméticos, los ingredientes deben mencionarse en inglés o en latín. En inglés se mencionan las sustancias químicas utilizadas y, en latín, los derivados directos de las plantas, utilizando el sistema Linneo, con nombres binomiales de género y especie. Por ejemplo, el laurel pertenece al orden Laurales, familia Lauraceae, género Laurus y especie nobilis. La nomenclatura binomial aplicada al laurel es Laurus nobilis.

Que en inglés aparezcan los componentes químicos no quiere decir que todos los ingredientes que se mencionan en esta lengua sean sintéticos, puesto que también hay compuestos hay compuestos químicos naturales.

Para que un cosmético pueda considerarse “natural” ha de estar compuesto en más del 90% por materias primas naturales de origen vegetal y carecer de sustancias irritantes, tóxicas o peligrosas.

La caducidad

Las cremas también caducan y por ello, debe estar indicado en la etiqueta de los cosméticos, el plazo máximo de conservación del producto tras su apertura. A esto se el llama el PAO (Period After Opening –plazo después de la apertura–). Es un símbolo de un tarro con un número seguido de una M (meses), que indica el periodo hasta cuándo podemos utilizarlo sin que suponga un riesgo para la salud. Si pone 6M significa que disponemos de seis meses una vez abierto el envase antes de que el producto se deteriore, no funcione y pueda, incluso, causar daños a nuestro organismo.

Según la normativa europea, los cosméticos con una caducidad superior a los 30 meses no tienen la obligación de indicar la fecha de caducidad, pero sí un consumo recomendado una vez abierto.

Los conservantes y antioxidantes

Otro aspecto importante a fijarse en las etiquetas es el de los conservantes y los antioxidantes. Tanto unos como otros tienen una vida útil determinada y depende mucho de la concentración empleada en la formulación. Aquellos consumidores que elijan productos “libres de conservantes” deben ser conscientes de que su vida útil será corta y están expuestos a cambios de aspecto, textura y/o olor, lo que indicará que el producto ha caducado.

Los conservantes son ingredientes muy importantes de los productos cosméticos. Son sustancias destinadas a inhibir el desarrollo de microorganismos, como hongos y bacterias, que pueden deteriorar el producto e incluso dañar al usuario. Su uso es esencial para prevenir alteraciones causadas por microorganismos y contaminación durante la formulación, envío, almacenaje y consumo. Se añaden para alargar su vida útil.

Otro tipo de productos que se suelen añadir a las cremas son los antioxidantes, sustancias que inhiben la oxidación o las reacciones promovidas por oxígeno, peróxidos o radicales libres. Son necesarios en productos cosméticos que contengan aceites. Sirven para evitar el enranciamiento. Las vitaminas C y E, los polifenoles y los flavonoides son antioxidantes naturales.

Esperamos que este post te haya gustado y si te interesa conocer más sobre el INCI aprobado por la Comisión Europea, la traducción de los ingredientes y cuál es la función de cada uno, aquí te dejamos este enlace:

https://www.aemps.gob.es/cosmeticos-y-cuidado-personal/cosmeticos/